Apple Pay y Google Pay son más seguros que usar una tarjeta física o que pagar en efectivo. Se requiere Face ID, Touch ID o su contraseña para las compras. El número de su tarjeta y su identidad no se comparten con los establecimientos, y los números reales de la tarjeta no se almacenan en su dispositivo ni en los servidores. Cuando paga, Apple y Google Pay no guardan información de las transacciones que le pueda identificar.